Weta Workshop El Señor de los Anillos - Las Puertas de Durin Entorno Escala 1/6

Khazad-dûm era el mayor de los antiguos reinos enanos. Un vasto laberinto de pasillos y pasadizos que se adentraban en las Montañas Brumosas, contenía la ciudad de Dwarrowdelf, hogar de los Barbaslargas: el pueblo de Durin. Durante miles de años Khazad-dûm siguió siendo la sede del poder enano en la Tierra Media, y mientras los enanos ocuparon sus cámaras el trabajo continuó incesantemente. Siguiendo las ricas vetas de plata de Mithril, el más preciado de los metales, los enanos excavaron túneles cada vez más profundos.

En tiempos de riqueza y paz, la entrada occidental a Khazad-dûm permaneció abierta. El comercio prosperaba entre el pueblo de Durin y los elfos vecinos. Las propias puertas eran un símbolo de amistad entre ambos, ya que habían sido forjadas por manos enanas y elfas. El mithril extraído del interior se hilaba con magia en letras e iconografía ithildin que sólo brillaban a la luz de la luna o las estrellas. Sobre sus superficies lisas se incrustaban las iniciales de sus creadores, el rey, y la enigmática inscripción "Habla amigo y entra".

Aunque los enanos disfrutaron de largos años de tranquila prosperidad, finalmente llegó el día en que la guerra y la muerte invadieron Khazad-dûm y las Puertas de Durin fueron selladas. En los años menguantes de la Tercera Edad de la Tierra Media, ningún Enano se atrevía a cruzar el umbral del otrora orgulloso imperio de su pueblo. Moria se llamaba, el Pozo Negro, hogar de Orcos y cosas mucho peores.

Así, cuando la Comunidad llegó a los Acantilados de Celebdil, encontraron las Puertas cerradas y rodeadas de decadencia. Incluso los acebos que flanqueaban la entrada, antaño hermosos, estaban pálidos y mortecinos, con las raíces ahogadas por un charco negro y enfermizo que se acumulaba ante la puerta. Desde debajo de la oscuridad, unos ojos hostiles observaban a los compañeros mientras se detenían y buscaban una forma de entrar.

CARACTERÍSTICAS: