Weta Workshop Trilogía de El Señor de los Anillos - Entorno de la Torre de Orthanc
Imponiéndose sobre las tierras como un gigante oscuro; una figura solitaria de magnitud dominante, causando asombro y maravilla tanto por su propósito como por su construcción, se alzaba la inimitable torre: Orthanc.
En el centro del Anillo de Isengard se alzaba una gran torre de piedra negra pulida. La Torre de Orthanc, tallada en un monolito de roca oscura siglos atrás mediante artes ya olvidadas, se erguía dura y afilada sobre un campo de árboles verdes y elevadas montañas nevadas. En los últimos años de la Tercera Edad fue el hogar del Mago Saruman, y en sus oscuras cámaras pasaba los días estudiando los caminos del enemigo, para poder entenderlo mejor y finalmente derrotarlo. Un Palantír que Saruman guardaba; una de las antiguas piedras videntes de Númenor. El Mago pasó muchas horas mirando fijamente esta esfera mágica, observando a Sauron, creyéndose sabio y poderoso, y resistente a las artimañas de su enemigo. Pero, en realidad, el orgullo y la insensatez del propio Saruman lo condujeron voluntariamente a la trampa de Sauron, pues se enamoró de las artes del Señor Oscuro y ansiaba su poder.
A través de la piedra su mente fue retorcida hasta que se convirtió en vasallo de Mordor, y Orthanc, antaño un lugar de aprendizaje y belleza, fue despojado por los Orcos, ahora un lugar de espanto. Desaparecieron los árboles; yesca para alimentar los fuegos de la industria que ardían en fosas alrededor de la torre, y las llanuras dentro de la muralla anillada eran un páramo calcinado de ceniza donde los ejércitos se ejercitaban y marchaban antes de hacer la guerra a aquellos que Saruman una vez llamó amigos.
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